PERONISMO, RESPONSABLE DE ESTA HISTORIA ACTUAL

PERONISMO, RESPONSABLE DE ESTA HISTORIA ACTUAL

Por Ernesto Jauretche

“Es un escenario histórico muy duro el que atravesamos. Si este tipo gobierna 4 años (es lo que me temo) muy probablemente no remontemos nunca el desastre que va a dejar como país y comunidad, bajo ningún gobierno por más progre que sea construido dentro de los límites restringidos de esta democracia liberalburguesa de 40 años. Nos lleva al país del Centenario. El del pacto Roca Runcimann. Previo al 43, el de los años 30. Va a dejar un país hiperfragmentado territorial y socialmente. Con 40 millones de pobres y 5 millones sobrevivientes. Pérdida absoluta de soberanía y colonia encubierta. Algo que nunca vivimos quienes conocimos alguna referencia de peronismo.
El peronismo es responsable de esta historia actual y de su proyección tal cual describo si no se interviene antes. Tal como el país que Perón engendró, si su creación se extingue, el peronismo se extingue. Entiendo que el peronismo está anticipando su extinción, desaparece antes que lo haga su engendro. Y CFK y el kirchnerismo tienen mucho que ver en este proceso. Desde los años 90 y protagónicamente, desde 2013 bajo la -ahí si- absoluta conducción de CFK. Desde entonces hasta anoche, en el acto de Abuelas, CFK no cesó de cometer errores estratégicos (sino convicciones en términos de su concepto de conducción). Lo sabemos, y además, es evidente.
La situación descripta como cuadro general, como nación, en E. Ríos es mucho más patética aún. Como también lo es en Sta Fe, en Córdoba, con la salvedad de que éstas son economías mucho más desarrolladas y por lo tanto disponen de mayores recursos para capear el temporal, pero a la vez y por lo mismo, de burocracias políticas y sindicales mucho más adecuadas a los negocios o mandatos del poder económico. En E. Ríos, como provincia pobre, los dirigentes son caudillos pobres. La miserabilidad los desborda desde el adn.
En este marco, y como siempre es necesario hacerlo, hay que inscribir el análisis político coyuntural. Una simple pregunta: Cristina mucho más que yo, conoce palmariamente esta situación. Estuvo provocándola en el centro del gobierno hasta hace 10 meses y su último presente griego se llamó Sergio Massa. Muchos propusimos su candidatura a presidenta en el 2019 luego de que nos hundiera en el macrismo en el 2015. Argumentó que estaba proscripta y desde entonces se refugió en el Patria con una banda de alcahuetes con Parrilli a la cabeza. Atentado por medio, se dedicó a dar charlas y presentar libros mientras ejercía la vicepresidencia de otra estrategia de derrota como AF: una de las caídas de ingresos de las clases trabajadoras como nunca en democracia en beneficio del poder económico concentrado. La pregunta: ¿qué la movilizó a recuperar un protagonismo que rechazaba hasta hace minutos mientras toda la gilada seguía llamándola “La Jefa”? Para qué quiere CFK el PJ luego de haberlo ninguneado toda la vida, no sólo al PJ, sino a Perón mismo? ¿Por qué hacerlo y con ello venir a cagar un proceso político que podría haberse iniciado con la postulación de Quintela hace meses cuando nada surge en medio de un contexto de debacle? ¿Por qué ahora no está más proscripta? La única respuesta que emerge solita es porque ante sus narices surgió una figura que en medio del derrumbe puede al menos tener la capacidad de orientar un proceso político al interior del peronismo y de la política nacional que demore el desbarranque mientras impulsa una mística y un reordenamiento militante motivador (aunque ni él mismo ahora pueda definir hacia dónde y cómo): Kiciloff.
En la emergencia de Kiciloff como dirigente potencial del peronismo, Cristina ve cristalizada para sí su decadencia que hasta ahora venía encubriendo en la comodidad de no hacerse cargo de la misma ni de su responsabilidad en el proceso vivido hasta aquí (“tomen el bastón de mariscal”). Y quien viene a ponérsela patente es Axel en su dinámica como dirigente del peronismo. Entonces, como nunca va a querer verse decadente –esto también está en su adn de tilinga- y a la vez, el adn de los k es que son ellos o no es nadie, hace lo que hace nada más que en el sólo afán de hacer daño en el interés miserable de no ceder a lo que se presenta como superador en un contexto de desastre. Viene por el PJ nada más que con el propósito de joderlo a quien no ha tenido para con ella nada más que gestos de lealtad. Elige su ego y el de su “tropa”, un ego alienado que aún en estas condiciones de agonía nacional en las que nos han sumido tienen la caradurez de cantar “acá están los pibes para la liberación”, mientras millones de pibes se van a la cama sin cenar.
En este contexto, y en esta movida de CFK y la rosca camporista, es que se nos presenta una disputa que nadie quiere porque lo que no queremos en definitiva es esta política que ya lleva 50 años de repetirse prometiendo sólo derrotas y resignación para y desde los propios peronistas de todas las épocas y de todos los colores (porque en éstos 50 años no se salva ninguno, acá no hay historias de combatientes ni de héroes de otro tiempo que valgan). Pienso que, por todo esto, antes que Quintela y la lista de Quintela, el primer “esto no lo quiero más” es para CFK y lo que se alinea tras ella. No estamos para proponer utopías. Estamos en la democracia de 40 años de negar la construcción de un sujeto político autónomo tras los discursos, memorias y símbolos más combativos para terminar reproduciendo clientela política presentada en su mejor versión bajo la modalidad de “movimientos sociales”.
En este contexto es que apareció Quintela moviendo las fichas. Un tipo que como dirigente en La Rioja sobresale muy por encima de lo que el conjunto del peronismo realmente existente puede mostrar, CFK y kirchnerismo incluido (incluso el mismo Axel). Ahora: Quintela no es Gardel, obvio, si no estaríamos cantando milongas y milongueando por ahí de la mano de su orquesta. Pero es lo que si se sostiene, nos puede abrir el camino para que esa frágil barricada que podemos anteponer al derrumbe anunciado, pueda proyectarse, y es Axel.
Luego, Quintela, como la política, se construye en el barro, en el chiquero, en el lodazal que supimos construir. Los dirigentes, “la política” habla de nosotros. Y ahí aparece Tolosa y toda la lista. Pero este barro de Quintela nos puede permitir amasar Axel Presidente. El mármol de CFK es una piedra en el camino. Habrá que sortearla como sea.”