Crisis sanitaria por epidemia del dengue

Crisis sanitaria por epidemia del dengue

En las últimas cinco décadas a nivel mundial, la incidencia y transmisión del dengue se ha multiplicado por 30 en países donde no era endémico. Sorprendentemente, este patrón se ha observado como un cambio de las zonas urbanas incluso a las semi-rurales en la última década.  

El caso del mosquito Aedes aegypti siendo el “vector principal” está ampliamente distribuido en la región por las condiciones de clima y temperaturas, pero sobre todo por las condiciones de vida de millones de personas en urbanizaciones inequitativas, generadoras masivas de desechos y carentes de acceso a agua segura en amplios grupos poblacionales (con acopio de agua para consumo en recipientes informales) generando así reservorios perfectos para reproducción vectorial en contextos precarios de la vida. El vector (el mosquito Aedes Aegypti) con tasas por domicilio ascendente en temporadas de lluvias y temperaturas adecuadas marcan que los índices de infestación aédica disponibles (Índice de Recipiente, Índice de Vivienda e Índice de Breteau) en la última década alcanzaron valores superiores a los considerados de alto riesgo para la transmisión epidémica.

En este contexto, la situación de los actuales patrones epidemiológicos del Dengue en Latinoamérica y el Caribe no sólo tiene importancia como emergencia de salud pública regional actual, sino que por la dimensión poblacional es de suma importancia político-sanitaria y científica para nuestra región.

Entre el año 2023 y lo que transita el 2024, hay 4572 defunciones acumuladas por Dengue confirmadas en Latinoamérica y el Caribe. 

El 2023 fue el año de mayor registro de casos de Dengue en Latinoamérica y el Caribe, con un total de 4,570,260 casos, incluyendo 7,675 casos graves (tasa de incidencia 0.17%) y 2,379 fallecidos (tasa de letalidad de 0.052%) (OPS, 2024) (1).

Esta situación de alta incidencia mantuvo una dinámica epidémica más agravada en este año 2024, en el cual desde la semana epidemiológica (SE) 1 a la SE 13 se notificaron 5,956,256 casos de Dengue, de los cuales 5576 fueron graves (0.09%) y 2193 casos fatales (tasa de letalidad 0.037%). 

Estos registros implican un aumento del 300% en comparación al mismo periodo del 2023 y un total de 200% con respecto al promedio de los últimos 5 años.

Cómo influye el cambio climático en la propagación del Dengue

Los escenarios de los procesos críticos determinados por la Crisis Climática (conocida como “Cambio Climático”) en Latinoamérica y el Caribe, resultan muy útiles para comprensión actual e histórica de procesos salud-enfermedades que tienen impactos en nuestras realidades sanitarias y epidemiológicas actuales y futuras como el Dengue y otras endemias-epidemias.  

La producción socioambiental de eventos climáticos extremos (aumento temperaturas, lluvias intensas, huracanes, ciclones, sequías, otros). Todos ellos producen cambios de comportamientos (4) epidemiológicos también extremos (ver mapas del avance década a década de las fronteras del Dengue, Malaria (5), Cólera, ChikV, Zika, modificaciones en Infecciones Respiratorias Agudas, Enfermedades Diarreicas, Malnutrición, otros). 

Asimismo, las emergencias y desastres socioambientales siempre afectan más a poblaciones, grupos y personas en situaciones de precariedades de vida, con condiciones malsanas de sobrevivencia. Formas de vivir, trabajar, enfermar y morir están interconectadas. No podemos desconocer como la literatura científica crítica marca que siempre las y los que padecen año a año este tipo de emergencias son los más empobrecidos y eslabones críticos de nuestras sociedades y países. 

No poder desconocer en el campo de la epidemiología y la salud pública, los escenarios de problemas de salud-enfermedad-cuidados potenciados por las condiciones de vida y la crisis climática-socioambiental.

Según una investigación de CLACSO en Latinoamérica y el Caribe, El modelo de atención sobre Arbovirus en especial Dengue en los servicios de salud pública (Hospitales, Centros de salud primer nivel, unidades sanitarias), aparece una cultura de corte asistencial-curativa de abordaje clínico-individual biomédico (12), que en gran medida no se encuentra “preparada” para responder en etapas epidémicas. Ante cualquier “sobredemanda” colapsa su capacidad de atención, hospitalización y cuidados críticos. A su vez, cada sistema de salud en Latinoamérica y el Caribe reproduce a su interior “barreras” de acceso a los cuidados de salud a nivel colectivo e individual: barreras socio-económicas, raciales-interculturales, geográficas y territoriales, entre otras. 

En general, este modelo de respuesta al Dengue, los tomadores de decisión y actores claves de salud pública transfieren las responsabilidades de respuestas a las prácticas de las personas, familias, grupos y poblaciones, en general primando la “culpabilización” hacia estos por la ineficiencia e ineficacia de las medidas adoptadas en los periodos pre-epidémicos y epidémicos sobre Arbovirus (caso Dengue hoy). El famoso y repetido “descacharrar”, eliminar plásticos y desechos sólidos a nivel individual-familiar en las urbanizaciones antes descriptas.

Fuente: https://www.clacso.org/crisis-epidemiologica-del-dengue-en-latinoamerica-y-el-caribe-determinacion-de-procesos-criticos-urbanos-mortalidad-agravada-y-la-impotencia-de-la-salud-publica/