
¿Doctrina o no?
Esto decía J. D. Perón sobre lo que nos ocurre a los argentinos.
“Ustedes se imaginan que todas las dificultades que encuentra el gobierno
para hacer marchar a la Nación en una misma dirección —teniendo en
cuenta los dos objetivos fundamentales de hacer la felicidad del pueblo y la
grandeza de la Nación— se deben al desacuerdo que existe entre los
mismos argentinos. Unos quieren la independencia económica y otros no la
quieren. Unos quieren la justicia social y otros no la quieren. Unos quieren
la soberanía política y otros no la quieren. ¡Cuando son tres cosas que
ningún argentino podría dejar de querer!
Sin embargo, todas las dificultades están precisamente en esa falta de
doctrina común de los argentinos, como consecuencia de que se ha tomado
la conducción de la Nación basándose en las apetencias y en los sentidos de
los hombres y no en los ideales de la nacionalidad y en las altas formas
patrióticas de conducción y realización por el Estado y para la nación
misma.
Ese enfoque hay que cambiarlo.
No debemos hacer lo que nos conviene a nosotros, sino lo que a todos; lo
que conviene al Estado, no a cada uno indistinto e incívicamente. Por eso
cuando hablo de la moderna conducción hablo de la necesidad primaria de
organizarse para actuar con la unidad de concepción que nace de la
doctrina y de la común unidad de acción que nace de la unidad de
concepción. Sin esto, todas son dificultades para la conducción.”